21 Ene Ejercicio físico en el anciano
La fisioterapia se ha convertido con el transcurso de los años en un método de comprobada eficacia a la hora de prevenir posibles lesiones, curar o facilitar la recuperación de lesiones, aliviar dolencias o contribuir a mejorar la movilidad, agilidad, fuerza y resistencia de cualquier parte del cuerpo.
En el caso de las personas mayores, y debido al desgaste propio de la edad, la fisioterapia cobra vital importancia. A través de ella se consigue mejorar la movilidad de estas personas, mejorar su masa muscular y de esta forma evitar posibles caídas o fracturas que tan peligrosas pueden resultar en estas edades. Con un tratamiento adecuado y con un compromiso constante por parte del paciente, se puede mejorar considerablemente la movilidad de estas personas, se puede también corregir ciertas posturas nocivas y contribuir así a una mejor salud y calidad de vida.
Favorecer la movilidad contribuye a crear seguridad en el paciente, ya que éste puede ver en su autonomía e independencia un factor que ayude a su autoestima.
La mayor parte de las dificultades de movilidad en personas mayores tiene su origen en problemas óseos o de la columna vertebral, así como problemas de nervios afectados o hernias discales. Sean éstos u otros los motivos por los cuales la persona ve limitada su movilidad, lo que está claro es que ello le supone, además de dolor, un problema de dependencia.
Tratar estas dolencias por medio de la fisioterapia puede traer resultados increíbles. Favoreciendo el movimiento de articulaciones, evitando el deterioro de tejidos y músculos, y corrigiendo determinadas posturas nocivas, es posible que la persona se vea en condiciones de no tener que recurrir a bastones, andadores o en el peor de los casos silla de ruedas a fin de poder desplazarse. De esta forma la persona gana al mismo tiempo en salud, en autonomía y en seguridad en sí misma.
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